domingo, mayo 07, 2006

El muerto, muerto no está.

Bastaría respirar esta tierra, chupar raíces, robarle la existencia a algún gusano y alucinar bebiendo lluvia ácida para ser feliz, pero nunca lo que basta es suficiente, no se cuanto ni cuando es suficiente, por eso sueño con salir de la tumba, tomar café tan oscuro como el lugar donde estoy, seducir alguna muchachita, besarla al igual que los cigarros húmedos de vino, lamer su espalda, aprenderme su nombre y encantarla hasta dormirme entre sus piernas… tal vez eso sería suficiente.

Prefiero la nada, aunque algunas veces me trate mal, esas veces la abandono y le soy infiel.

Alguien dejo flores sobre mi tumba,
Alguien limpió la lápida, leyó mi nombre y se lo aprendió,
Alguien se enteró que estoy muerto y no se lo va a decir a nadie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

“Y el amor después del amor, después del amor, después del amor.
Eh, Lázaro, levántate y anda.”