domingo, septiembre 24, 2006

La misma lluvia

Una lata vacía navega por ríos de lluvia, se sumerge, sale de nuevo, brilla un poco; se mueve rápidamente por la ciudad, al parecer es más que una exploradora de cañerías y una conquistadora de ratas, pero no, es la misma lata de ayer y de todos los días.

Entonces, si me miro al espejo no dejo de ver a ese idiota que se cree anciano, que se cree el diablo, me enfermo y mi rostro esta morado como el sol de pasado mañana, pienso en hoy, entonces escupo sobre el maldito reflejo y no se siente bien, mi saliva es ahora parte del río donde navega una lata vacía.

El cadáver de una serpiente cuelga del techo, pensé que lo había enterrado en el jardín, me cubro los ojos y espero a que alguien venga a ayudarme. Me bebo un veneno que encontré en el bolsillo de una adolescente, sabe a cereza y a concreto mojado, unos ojos se beben mi sangre, al parecer los venenos ya no son como los de antes.

Un cigarrillo es apagado en mi espalda, el engendro en mi vientre arde sin decir palabra, pienso el cielo y cuando todo termina lloro la misma lluvia que ayer. De vez en cuando lluevo sobre los techitos hasta que me siento bien, cuando abro los ojos una esfinge me ama hasta que muere, la esfinge no muere de amor,
tomó un veneno que encontró en mi bolsillo.