miércoles, abril 05, 2006

Q.E.P.D

Bienvenido, acaba usted de aterrizar sobre un mal relato, debería abstenerse de leerlo con el fin de no torturar su imaginación o aberrar sus bastas neuronas, lo más posible es que al final de leerlo sienta su tiempo perdido y esa maldita nostalgia de no haberlo empleado fumándose algo o tomando café, aún esta a tiempo de abandonar y no perderá un minuto de su hora, su día, su año o su vida, pero si se le antoja leer después no diga que nadie le advirtió.

Esta anotación la leí el día de mi muerte, era más de media noche en el reloj de pared y un poco más tarde en los demás:

Al parecer lo he logrado y aun no me siento mejor. Está mi cuerpo desnudo tirado en la calle con esa apariencia de cadáver que tenia aún antes de morir, totalmente pálido e inerte está contorsionado y pelando diente como si gozara estar ahí, todavía siento ese berraco frío y la absurda rabia de la que planeaba huir, la batalla de pensamientos en mi cabeza es la misma de ayer, algo enferma el aire y creo que soy yo.

Nadie dice nadie,

Nadie dice nada,
Nada dice nadie,
Nada, dice nada.


Escupí mi cara en el espejo millones de veces, golpee mi cabeza contra el suelo para que saliera lo que tanto me pesaba, me bañe en mi propia mierda una y otra vez volviéndome parte de ella, dos luces brillaban frente a mi y me saque los ojos para evitar recordarlas después, entonces sacudí mi rabia hasta que parecía flotar y aproveché para ir a dormir. Ahora la sangre quiere irse a un mejor lugar y tus dientes no han vuelto por aquí pues mi carne ya no es apta; yo mismo la envenené.


2 comentarios:

Victima de la Alegria dijo...

Finalemnte lo leí todo, y ahora sólo quiero irme a arrunchar con mi amado Vacío... el de Italia, lo recuerdas?

Anónimo dijo...

No lo lei...