miércoles, marzo 29, 2006

Relato sin aire

Se arrastraba hacia la muerte quien con sonrisas floreadas, promesas de amor, besos en el cuello y agrias poesías que le cantaba al oído había logrado seducirla. Cada vez estaba más cerca y había un ardor en su pecho que no solo se debía al asfalto caliente, todas sus heridas sangraban formando charquitos de los cuales bebían los hombres, el alma le brotaba de sus ojos claros y era entonces cuando llovía.

Llegó ayer cuando apenas oscurecía, yo esperaba al borde como otros que también esperan no se qué. Cruzó en frente, no me vio ni quise que me viera… parecía de afán, dos intentos, un suspiro, media sonrisa y se lanzó.

Que bueno que no te quedaste tanto tiempo, no hay ni un solo árbol de esos de espuma y huele feo aquí. Ahora vuelves al mundo y debe estar bien allá, yo ya casi me lanzo y cuando lo haga compraré unos buenos zapatos, tal vez te pueda alcanzar...

2 comentarios:

Pam dijo...

He tropezado contigo por casualidad. Me ha gustado mucho ojear tu blog. Si tienes un ratito, te paseas por el mío?

Saludos desde España

PAM

Anónimo dijo...

Nada es casualidad, depronto causalidad...